En la gráfica podemos apreciar el modesto conjunto en el que Elena habita.

Como vecina tiene a la princesa encantada; abajo de estás líneas, podemos ver la torre en la que vive encerrada; claro, el problema es que no paga renta y hay que aguantar sus lamentos nocturnos.
Aquí vemos a doña Elena de Cerdanyola llegando a casa por el pasillo de servicio (cosas que le gusta hacer para mantener en orden a los criados).
Doña Elena esperando que la servidumbre abra la puerta de su humilde pisito.
Que linda historia de Elena, la Princesa, quien sin duda alguna vive en el castillo perfecto. Sigan contando historias así por favor!
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